miércoles, marzo 01, 2006

Sobre libros y literatura

Mi capacidad de asombro no tiene límite. El otro día veo en el periódico la publicidad de un nuevo libro escrito por la insigne escritora "Carmen Alcaide". Ha vendida ya tantos libros que va por su cuarta edición.

¿Quién es éste insigne personaje? Pues ni más ni menos que la presentadora de televisión de "Aquí hay tomate". Un programa cultural sin parangón que todo el mundo conoce y del que no quiero hacer más comentarios.

El anuncio es curioso. El nombre de la "supuesta escritora" a tamaño exagerado y su foto en la portada del libro. Para que no quede duda de quien lo ha escrito. Lo de menos es el contenido. En un libro ¿Qué importa el contenido?...me pregunto yo.

Desde el bochorno más absoluto que protagonizó Ana Rosa Quintana , hace ya algunos años con el plagio más absoluto de su novela, parece que la escala de atrocidades al arte llamado literatura parece que no tiene fin. Éste último personaje, que si tuviera algo de decencia, debería de haber desaparecido de las pantallas de televisión, salió airoso de la polémica. Vendió toda la edición de su libro, no ha dejado de trabajar en la televisión, e incluso es cabecera de una revista que lleva su nombre. Es sinónimo de elegancia, saber estar y si me dejo llevar, de cultura para muchos sectores de la población.

Y todo este rollo tan manido, viene al caso de una amiga mía, que a su vez tiene un amigo escritor, que lleva siglos intentando publicar sus libros. Su problema, tener más de 50 años y nada publicado anteriormente. Esa es la única excusa que le ponen en las editoriales, tan sólo para leer sus originales. Increíble.

La verdad es que en un país donde la única actividad cultural admirada es el fútbol, no se puede esperar nada más, ni nada menos. A veces me pregunto si soy español o pertenezco a una "raza" de bichos raros que disfrutan con la lectura de un buen libro, se emocionan con la contemplación de un cuadro o se sienten felices cuando ven una buena película.

Vivimos una época extraña, donde la actividad cultural también ha caído en las garras del consumismo y mercantilismo de masas. Donde lo único que importa es el dinero. Un horror. ¿Tan difícil es enseñar?, ¿Educar? ¿No es el fin último que debería buscar la enseñanza reglada? Quizá sea un soñador, un utópico, pero prefiero vivir en mi nube y seguir aspirando a dejar de ser poco a poco un servil autómata.

No hay comentarios: