viernes, enero 21, 2005

Rectificar es de sabios

Pocos días antes de navidad, un proveedor nos regaló un estupendo jamón de Guijuelo a mi jefe y a mí. En un acto totalmente altruistra y dejándonos llevar por el espíritu navideño, decidimos compartirlo con el resto de compañeros de la oficina. Sólo teníamos que llevarlo deshuesar a una charcutería.

Los días fueron pasando y mi jefe, que se había ofrecido a llevarlo, no encontraba tiempo. Resultado: ante mi total asombro, mi superior, ese ser muchas veces frío y calculador me dijo que me lo llevara a casa yo, que era para mí. Casi echo la lagrimilla. A veces son humanos. Sólo faltó que hubiera completado la frase con un "porque te lo mereces". Entonces si que la hubiera echado.

Moraleja: no todo el mundo es como uno mismo, ni sabe lo que en cada momento necesitamos. A veces, quizá exigimos demasiado.

jueves, enero 13, 2005

Buenas intenciones

Una de las cosas que más me gusta de la Navidad y sobre todo del día de fin de año, es hacer la famosa lista con las intenciones para el año que comienza. Siempre empiezas con mucha ilusión y a los tres meses están en saco roto. Como si nunca hubieran existido. Pero éste año tiene que ser diferente.
Éste año después de darle una y mil vueltas he reducido mi larga lista de defectos y de intenciones a un solo propósito a realizar.

Tener un hijo.

miércoles, enero 12, 2005

Regreso al camino



¿Por qué me costará tanto arrancar después de las vacaciones?. Apenas 3-4 días bastan para que desconecte tanto del trajín diario, que rutinas que sí me apetecen, como escribir, me cuesten luego una barbaridad recuperarlas.

En fin...prometo perseverar. Un saludo a todos.