domingo, febrero 18, 2007

Tiempos difíciles

A veces resulta difícil saber cuando empieza un período difícil, aunque en el fondo de nuestro corazón sepamos a ciencia cierta que realmente es una buena época.

Como ya he comentado en alguna ocasión, en adopción todo son sobresaltos, nerviosismo, prisas y malentendidos. Quizá ahora el período "nerviosismo" sea el que más pueda definir nuestro estado de ánimo.

Cuando volvimos de nuestro viaje a Filipinas, nos enteramos por nuestra Agencia, que el día 13 de noviembre pasado había salido nuestro expediente para Manila. Todo indicaba que con un poco de suerte entraríamos en la lista de espera del año 2006, pero la suerte no estaba de nuestra parte en esta ocasión.

Al ser enviado por un servicio urgente, no creo que tardara más de 4-5 días en llegar nuestro expediente a Manila y más en concreto a las manos del representante de nuestra agencia en Filipinas, que para colmo de casialidades es familiar directo nuestro...todo pinta bien, ¿verdad?... pues NO.

Nuestro expediente no entró en el Ministerio que tenía que entrar hasta el día 28 de noviembre... apenas unos días, ¿verdad? ¿Qué importancia tiene?... Cuando estás esperando que tu hijo llegue lo antes posible, cualquier pequeño detalle es total y absolutamente importante. El tener, como es nuestro caso, muchísima más información que la gran mayoría de familias que inician su proceso de adopción, tiene sus ventajas y desventajas. La desventaja es que cualquier pequeño retraso, que en cualquier otro caso se puede disimular con cualquier excusa, aquí no vale. ¿Por qué tardó nuestro familiar una semana en llevar el experiente al ministerio correspondiente?... nunca lo sabremos y por supuesto no le diremos nada. Pero quizá, eso pudo ocasionar que no nos aprobaran nuestros papeles hasta unos días después del comienzo del año 2007.

Definitivamente en Filipinas tienen un ritmo de trabajo totalmente diferente al nuestro. Será el calor, la humedad o la carencia de prisas que cada vez nos "estresan" más en Occidente, el caso es que allí se vive de otra forma. Da igual que un asunto importante dependa de un familiar tuyo, da todo igual. El término prisa es un concepto muy alejado de sus mentes. Con "confiar en Dios", es suficiente...(sin comentarios).

Si a eso añadimos que a mediados de diciembre nos enteramos que una íntima amiga nuestra iba a ser mamá por segunda vez, la tristeza tuvo el campo abonado para irrumpir en nuestras vidas. Es curioso, pero todavía nos afecta enterarnos de que amigos nuestros van a ser papás. Es curioso, me alegro por ellos, pero la eterna frase de ¿Por qué yo no puedo? siempre está ahí y me imagino que me acompañará toda la vida.

Uno y uno son dos y el resultado es que han sido sin lugar a dudas las navidades más tristes que hemos pasado. No había una razón de peso. Pero fue así. Ha sido la primera Navidad en mi vida que me he sentido solo. Notábamos que nos faltaba algo a nuestro lado. Tres años intenado tener un hijo y nada, otro año más con tratamientos de fertlidad y nada. Sólo ahora, cuando todo está ya muy cerca, los nervios, los enfados, nos hicieron no disfrutar de un período del año que nos encanta. Hubo muchos regalos, como siempre, pero nos falta algo. Algo pequeño que esperemos que las próximas navidades esté ya con nosotros.

El 25 de enero y ya con los nervios de punta, recibimos la tan esperada noticia. Nuestro expediente ha sido aprobado y entramos en lista de espera. Desde el 25 de enero de 2007 el contador se ha puesto definitivamente en marcha y cada día queda un poco menos para reunirnos con nuestro hijo, que seguro seguro ya ha nacido y está esperándonos en alguna de de las 7105 islas que tiene Filipinas.

Hubo algún pequeño problema, como que los tutores que habíamos escogido vivían en Filipinas y ellos exigían que fuesen españoles, pero todo esa ya está solventado.

Según chivatazos que hemos recibido, en nuestra lista de espera, (familias con antecedentes familiares filipinos), tenemos unas 200 personas por delante y están asignando unos 15 niños a la semana... suena demasiado bien. Si esto fuera cierto, en nada nos tendrían que avisar, pero ya conocemos la poca seguridad que pueden tener estas noticias y me niego a ponerme más y más nervioso al ver que el tiempo pasa y no recibimos noticias. Mi corazón dice que queda poco tiempo, pero mi mente no quiere creerlo y así seguirá hasta que nos llegue la tan ansiada noticia.

Algo que no quería está pasando. Miramos los escaparates de las tiendas de niños y una sonrisa se dibuja en nuestras caras. Una felicidad contenida durante demasiado tiempo que intenta abrirse camino en nuestro cuerpo pero que nos resistimos a dejar pasar hasta que llegue el momento.

Mientras tanto hemos empezado a mover fichas al más alto nivel. Nuestro familiar en Filipinas, lo dejaremos tranquilo, de momento. Otro pariente ya está movilizándose con contactos internos en el gobierno filipino, otro en el ministerio que lleva los temas de adopción, y nos llegan noticias de que algún orfanato hará lo que sea para emparejarnos con alguno de sus pequeños "cuando llegue el momento". No se que saldrá de todo esto. Quizá nada. Ya empiezo a conocer la "parsimonia" filipina. Pero no me puedo quedar parado.

Se que somos unos privilegiados. Se que si fuésemos una familia española normal, nos esperaría, a partir de ahora, una larga espera de 2 años. Pero no lo somos. Se que por ser mi mujer filipina los tiempos de espera son infinítamente más cortos, pero ¿Que haríais vosotros por un hijo vuestro si pudiéseis hacer algo?