sábado, febrero 04, 2006

De vuelta al hogar

Hay muchos lugares en el mundo, pero mi "lugar en el mundo" es éste. Desde que tuve uso de razón, me quedé enamorado de este lugar, de este mar y de ésta paz. No he encontrado hasta ahora emoción comparable a la de levantarse por la mañana y tener como única vista el inmenso mar. Para un pobre autómata que pasa once meses al año encerrado entre ladrillos, la vista interminable de la inmensidad azul, es algo que no tiene precio.

Los paseos solitarios por la arena y la lectura tranquila al calor de una chimenea, con buena música y mejor compañía, tampoco tienen precio.

Mucha gente se pregunta porque los "madrileños" cuando llegan los fines de semana escapamos a toda prisa. La razón en muchos casos es necesaria...tanto ladrillo deprime, tanta prisa cansa y tanta inhumanidad aburre.


Siempre tengo la impresión de que este post, lo he escrito miles de veces, al menos en mi cabeza, pero son emociones que vienen una y otra vez.

Seguro que si viviéramos aquí, mis problemas con mis "odiosos bichos" desaparecerían en un abrir y cerrar de ojos....jajaj

Mil besos a todos desde el calor del Paraíso



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