jueves, noviembre 25, 2004

Bibliometro

No soporto la gente que forra los libros, con papel opaco, para leer en el metro. Lo reconozco, es una manía estúpida, pero me joroba mucho no saber lo que lee la gente.

Realizo 4 viajes diarios en la línea 1 de metro desde hace unos 4 años, en total unas 2 horas al día, 5 días a la semana. Todo este tiempo me ha hecho analizar a los lectores de metro.

Tipos de lectores:

*Jóvenes promesas: devoran todo y sin control. No despegan el ojo del libro. En sus lecturas todo vale, desde best seller hasta filosofía. Da igual el tamaño, autor o tema, se lee desde la primera hasta la última letra, aunque no entiendan bien lo que leen. Su número es escaso aunque constante. Son la sabia nueva de los lectores. Sus libros están fatigados, doblados y martirizados, pero da gusto verlos. Si no hubiera tenido el colegio a la vuelta de la esquina, hubiera sido de éste tipo.

* Clásicos: lector de best seller. El más común y abundante…muchos con el tiempo evolucionan al siguiente tipo, nunca se sabe. En sus lecturas nunca falta “Los pilares de la tierra”, “El médico”, “Chamán”, “Catón”, “El valle de los caballos”, cualquier libro de Valerio Manfredi, “La Hermandad de la Sábana Santa” y últimamente el tan traído “Código Da Vinci”. Son la vida de las editoriales.

* Eruditos: sólo leen buena literatura, clásicos de ayer y de hoy. Nunca les verás con un best seller, para ellos es la reencarnación del anticristo. A veces miran con aire de suficiencia al resto, no se que se creerán. Extremadamente raros. Tienen mucho mérito, porque alcanzar la concentración suficiente para leer a los grandes entre los grandes, entre el traqueteo del tren, los apretujones y el equilibrio, tiene su mérito. Alimentan el ego de muchos escritores, que a pesar de ser alabados por la crítica, sus libros son infumables.

* Portadores de libros: Pasear y conducen una y otra vez el mismo libro, eso sí, cerrado. Generalmente se trata de un best seller, novela histórica o el Premio Planeta del año. Se les ve mucho durante el mes de enero, pero a medida que transcurren los meses, su número va decreciendo. Evidentemente los libros son un regalo de Reyes o una promesa de aprovechar el tiempo mientras se viaja. Puesto que se trata de una promesa….la mayoría de las veces no se cumple. De vez en cuando aparece un nuevo "portador", no cabe duda que su cumpleaños, aniversario o santo ha sido hace poco. Desean leer...pero casi nunca lo consiguen. Se sientan habren el libro y entonces ocurren dos cosas, o se duermen o leen una página y lo cierran. Una verdadera pena, la verdad

* Místicos: sólo leen libros de autoayuda, corrientes religiosas orientales y filosofía de idéntica procedencia. Nunca tienen prisa. La vida es bella y siempre se dibuja una leve sonrisa en su cara. Siempre ceden el asiento a los mayores e irradian felicidad por los cuatro costados.

* Odiados: los que llevan el libro forrado. El forro puede ser muy diverso, desde el sencillo en papel blanco, de periódico o del “Hola”, hasta complejas obras de ingeniería con cartulinas de colores. El resultado siempre es el mismo. Me quedo sin cotillear qué demonios están leyendo.

Siempre me he preguntado porque lo hacen. Será por el tipo de lectura (nunca veo a gente leyendo novela rosa o erótica), para proteger el libro (¿con papel de periódico?...si existen unos forros transparentes, tipo cole, monísimos que funcionan perfectamente), quien sabe.

Yo creo que en el fondo lo hacen para que cotillas como yo nunca se enteren....¡qué rabia!

No hay comentarios: