lunes, mayo 28, 2007

Calma


Después de la tormenta llega la calma. La calma en el proceso de adopción supone asumir que hay que ser cautos. No dejarse llevar. Todavía no sabemos nada aunque nuestros corazones nos digan otra cosa. Es demasiado tiempo esperando, demasiadas ganas como para contener nuestras mentes. En cualquier caso estamos mucho más calmados.

Hace diez minutos hemos enviado faxes y correos electrónicos y esperemos que la "maquinaria filipina" se empiece a movilizar (aunque allí son ya las 4:30 de la tarde). Confiamos en que esta misma semana la prima de mi mujer y los médicos puedan ir a ver a la niña y luego ya sólo queda esperar su decisión, que será también la nuestra.

Estamos durmiendo mejor aunque preguntas como ¿Necesitará algo? ¿Qué nombre le ponemos? no hacen más que atormentar nuestros debilitados cerebros.

Calma, cabeza fría y mucha paciencia me repito una y otra vez. Hemos aguantado mucho y podemos seguir esperando unos días más.

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