Una de las cosas que más me gusta de la Navidad y sobre todo del día de fin de año, es hacer la famosa lista con las intenciones para el año que comienza. Siempre empiezas con mucha ilusión y a los tres meses están en saco roto. Como si nunca hubieran existido. Pero éste año tiene que ser diferente.
Éste año después de darle una y mil vueltas he reducido mi larga lista de defectos y de intenciones a un solo propósito a realizar.
Tener un hijo.
Éste año después de darle una y mil vueltas he reducido mi larga lista de defectos y de intenciones a un solo propósito a realizar.
Tener un hijo.
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